El proyecto que despenaliza la interrupci贸n voluntaria del embarazo en tres causales se hace cargo de experiencias de vida cr铆ticas. Esas situaciones se presentan cuando debe interrumpirse un embarazo para evitar un peligro para la vida de la mujer cuando el embri贸n o feto padezca una alteraci贸n estructural cong茅nita o gen茅tica de car谩cter letal, o cuando el embarazo es producto de una violaci贸n.

La normativa vigente sobre interrupci贸n del embarazo, que la proh铆be sin excepciones,聽no responde al trato digno que el Estado de Chile debe otorgar a sus ciudadanas聽en estas situaciones y sit煤a a nuestro pa铆s como聽uno de los cuatro en el mundo que lo criminalizaen todas sus modalidades, adem谩s de El Vaticano: Chile, Nicaragua, El Salvador y Malta.

Los hechos han demostrado que la prohibici贸n absoluta y la criminalizaci贸n de toda forma de interrupci贸n del embarazo聽no han impedido ni impiden su pr谩ctica en condiciones de riesgo para la vida y salud de las mujeres, y, por el contrario, se traducen en una vulneraci贸n de sus derechos. Esto representa un problema social del cual debe hacerse cargo cabalmente el Estado.

Los derechos de las mujeres est谩n en el centro de esta propuesta. Por esa raz贸n, las tres causales de interrupci贸n legal del embarazo que el proyecto aborda,聽exigen como presupuesto de cada una la expresi贸n de voluntad libre de la mujer, sin la cual dicha interrupci贸n no puede tener lugar. En los casos espec铆ficos en que la mujer es incapaz, est谩 incapacitada o cuando es menor de 14 a帽os, el proyecto propone reglas especiales para resguardar su voluntad.

El Estado, en estas situaciones extremas,聽no puede imponer una decisi贸n a las mujeres, ni penalizarlas, sino entregar alternativas, respetando su voluntad, ya sea que deseen continuar el embarazo u optar por interrumpirlo, para asegurar el聽pleno respeto de sus derechos.